Ansiedad en niños
Cuando esta emoción es muy intensa o se cronifica, impidiendo un desarrollo normal de la vida diaria, estamos ante un problema.
Este problema se puede ver reflejado en el ámbito escolar, familiar, social, etc. mostrando el niño dificultades para relajarse y concentrarse, irritabilidad, inquietud, inseguridad y falta de capacidad para reaccionar ante imprevistos.
A todo esto se le pueden sumar problemas físicos como la fatiga, dolores de cabeza, tensión muscular, temblores, tics, mareos, sensación de falta de aire, dificultades para dormir y mantener el sueño, etc.
Una vez evaluado e identificado el problema, se diseña un tratamiento cognitivo-conductual personalizado a las necesidades del niño:
Después del tratamiento se valorará de nuevo la situación problemática, lo que nos indicará la disminución o desaparición del problema.